sábado, 4 de noviembre de 2017

Doppelganger


-Me mire, la mire pensé que estaba soñando pero al golpear mi brazo me di cuenta que no y no lo niego me dio un miedo no había tenido en toda mi vida. Era igual a mí eso era lo más aterrador, sabía todo de mí, cada recuerdo del que yo mencionaba el comienzo, ella decía “sí, me acuerdo” y relataba todo lo que había pasado en ellos. No sabía qué hacer con ella, si la mato, ¿es suicidio u homicidio? ¿Me van a meter a la cárcel por matarla o me darán por muerta a mí también ?
Y si la uso para mi beneficio y robo todo el dinero/ cosas que quiera y que la atrapen a ella, ¿podría vivir sin preocupaciones para siempre?  ¿y si es ella la que hace eso?
Se tiene que ir ya no aguanto que me persiga por todos lados como si fuera mi sombra, necesito privacidad.
No me creen se lo digo a todos pero dicen que no ven nada que no hay nadie pero cuando intento creerles me doy media vuelta y está ella mirándome con mis ojos, mi mirada. Esa mirada que he llegado a odiar tanto que saqué los espejos de mi casa para no verme, dígame ¿Usted me cree verdad ?
-Sí, por supuesto, señorita, espéreme un segundo vuelvo en seguida. Mantenga los ojos cerrados mientras tanto.
Él se va y cierra la puerta.
De lejos  lo oigo:

-Por favor, llame al Moyano que tiene una nueva paciente.


Camila Acevedo.

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